Grandiosa segunda noche en Chicago

Un United Center lleno hasta reventar hoy de nuevo en la segunda fecha de Pearl Jam en Chicago. Con sólo dos cortes de Gigaton pero mucho material de los cuatro primeros discos. La banda ha hecho felices a sus fans más veteranos con un setlist espectacular.

Abriendo la velada sentados (como ya parece que va a ser de ahora en adelante), el show arranca con dos temas de VS, Elderly Woman y Daughter. Le sigue Come Back y la dedican a sus amigos Laura y Max, que recientemente perdieron a su hijo Ben. Rendir homenaje a fallecidos ha sido la tónica general de los shows de Chicago, y en ambos Eddie ha hecho referencia al valor que le da a sus seres queridos y lo importante que es mantenerlos vivos en el recuerdo.

Tras las tres primeras canciones Vedder pide que proyecten unas fotos en las pantallas, apareciendo un muy celebrado corte de mangas delante de la Trump Tower, seguido de una foto de Dennis Rodman con una señora mayor. Dicha señora resulta ser la abuela de EV, anécdota que aprovecha para hablar del documental The last dance y para introducir la siguiente canción, Present Tense, que aparece al final del documental.

Sigue el show, ya en formato habitual, con Why Go y Who ever said caldeando el ambiente. Le sigue Seven o’clock, que será la última canción de Gigaton de la noche.

Vedder comenta que van a tocar una petición y arranca la poco frecuente Tremor Christ, a la que le sigue una casi segura en cualquier set, Even Flow.

Los temas se van sucediendo combinando canciones más “fáciles” de encontrar en un setlist con otras menos habituales. Green disease, Immortality, Marker in the sand, Deep, Black, Lukin y Porch suenan hasta llegar al encore, en el que Vedder llama al escenario a Chris Chelios, exjugador de los Blackhawks y con el que pasa unos minutos rindiendo homenaje a Rocky Wirtz, presidente del equipo recientemente fallecido. Lo que empieza siendo un tributo acaba siendo una sorpresa para Chelios, que descubre en directo que el año que viene su número de jugador se retirará para siempre en su honor. Una gran ovación despide a Chris Chelios y arranca Given to fly con toda la banda vestida con la camiseta de los Blackhawks excepto Mike, que la tira a las primeras filas nada más empezar la canción.

Justo antes de llamar al escenario a Chris Chelios, Eddie le pide el carnet a un fan para comprobar su edad y le ofrece vino, eso sí, en un post-pandémico vasito de plástico.

El show va tocando a su fin y tras Given to fly llega Once (después descubriremos que Leash estaba en el setlist en su lugar).

Como es habitual en recintos americanos, hay público detrás, y la banda se gira hacia ellos para tocar Smile.

Le sigue la maravillosa Garden y la primera versión de la noche, Street fighting man de The Rolling Stones. Alive, Baba O’Riley y Yellow ledbetter, ya con las luces encendidas, pondrán el broche final a una noche redonda que sospechamos será difícil de olvidar para todos los afortunados que hemos podido presenciarla.